Hace ya 34 años que se fundó la Asociación de Saxofonistas Españoles. Era una época diferente a la actual. En esos momentos comenzaban a dar fruto las experiencias de los saxofonistas que durante los años ochenta fueron a estudiar en Francia principalmente. A partir de 1986 en España hubieron varias manifestaciones del saxofón que tuvieron una cierta importancia: Los Segundos Encuentros Europeos del Saxofón en Alicante (1987), las Jornadas del Saxofón del Círculo de Bellas Artes en Madrid, el primer concierto de Daniel Kientzy en España (también Círculo de Bellas Artes), el primer Concurso Nacional de Composición para Saxofón, con un concierto para estrenar las obras seleccionadas en el Auditorio nacional de Música, el primer Concurso Nacional de Interpretación de Saxofón en Valencia (ambos organizados por la ASE), todo ello rodeado por actividades similares en Europa, como los Primeros Encuentros Europeos del Saxofón en Aix-Les-Bans en Francia (196), y los III Encuentros Europeos del Saxofón de Dinant en 1990, los Congresos Mundiales de Tokio en 1988 y en Pésaro en 1992 (Italia).
Todo este fervor saxofonístico se rodeaba de los primeros cursos de saxofón de profesores de prestigio venidos de más allá de nuestras fronteras: Jean Pennings en Vigo, Daniel Deffayet, Claude Delangle y Serge Bichon, en el Conservatorio de Madrid. Deffayet también haría cursos en Narón, Valencia y en Benidorm, Jean Marie Londeix en Madrid y Sevilla. La Universidad Europea del Saxofón se inicia en Francia (1989) y en España (1990). Toda esta efervescencia de los «vientos dorados» (admítame mi querido amigo Tomás Marco que utilice su frase) aunque ahora nos parezca increíble, funcionaba sin internet, a golpe de teléfono, de carta. Dicha agitación y entusiasmo era capaz de juntar a doscientas personas en la asamblea de constitución de la Ase en el Conservatorio de Madrid en el año 86, incluso con la organización de un autobús desde Valencia también por nuestro forofo e incondicional Miguel LLopis.
Según Luis de Pablo: “El saxo, (…), es una voz fuerte, una voz personal, una voz que no puede pasar desapercibida”. Esa voz parece que está siendo imbuida por los tiempos, unos tiempos en los que no salimos de casa para ir al cine, para viajar, o para oír música. Los movimientos asociativos en estos momentos están de capa caída, por la individualidad y en cierto modo anarquismo cultural reinante. Creo sin embargo que la mejor medicina es aprovechar esas mismas posibilidades que nos brinda la tecnología para expresar nuestros sentimientos hacia el saxofón, hacia la música, hacia la práctica y escucha de la música que sin duda no hacen daño al espíritu, sino que lo realzan.
En el año 2005 contactaron conmigo unos buenos amigos y amantes del saxofón para volver a levantar este edificio. Tuve el honor hace veintiún años de ser el impulsor entonces de la Asociación de Saxofonistas Españoles y de su reunión de constitución en Madrid (1986). No me importa colaborar en sacar a flote este barco otra vez, al que le tengo tanto cariño, aunque saben muy bien mis compañeros, que en el impulso de sus manos y de su juventud está el futuro de las actividades asociativas del saxofón en España.
Ahora en el año 2020 volvemos he impulsado el tercer rescate de la Asociación de Saxofonistas a través de una comisión Gestora encabezada por Casimiro Mejias que estoy seguro que serán capaces de volver a levantarla y actualizarla a las redes realidad social de hoy en día.
Queridos lectores, en el primer episodio de esta Asociación llegamos a tener 500 socios, se publicaron varias revistas con artículos informativos del saxofón, y se realizaron parte de las actividades en España que antes he narrado. Ahora el medio de comunicación asociativo es la web de la ASE (www.asaxe.com). En el segundo episodio la Asociación fue el germen del I congreso Europeo del Saxofón de Ciudad Real que se celebró en el año 2014.
Lo que hagamos ahora será para allanar el futuro del saxofón, para que la sociedad conozca mejor todas sus facetas sonoras, artísticas y de desarrollo cultural. Solamente nos falta pensar que la unidad solo va en beneficio de todos, unirnos para impulsar el saxofón es unirnos para impulsar el futuro musical de nuestro país. Espero que todo los saxofonistas partícipes en las redes sociales y web de la asociación que en estos tiempos sustituirá a la revista que esta asociación impulso en los años noventa.