Por Francisco Martínez
Heitor Villa-Lobos nació en Río de Janeiro el 5 de marzo de 1887, su padre músico amateur fue quien le inició en el camino de la música, decía: «Me inicié desde la más tierna edad en la vida musical gracias a mi padre, aprendiendo con él a tocar un pequeño violonchello», «En su compañía solía asistir a ensayos de orquesta, conciertos y óperas, a fin de habituarme a la práctica del conjunto instrumental». Raúl, su padre, falleció cuando éste no había cumplido aún los diez años, y su madre, Noêmia, trató de que siguiera los pasos de la medicina y le prohibió la práctica de la música. Su tía, Zizinha, en cambio, también excelente pianista, fue la que le indujo a continuar los pasos de la música, organizando incluso conciertos familiares, ésta tenía sin duda predilección por Bach, de la que se vio enormemente influenciado Heitor, a escondidas perfeccionó su técnica del violoncello, la guitarra, el clarinete, y el piano. A los 16 años se marchó de su casa para refugiarse en la de su tía, formó parte de grupos de música popular, «seresteiros y choroes», y de estos últimos procede la inspiración sus apreciados «Choros».
Entre los dieciocho y los veinticinco años, Villa-Lobos, viajó por todo Brasil en busca de conocer la música popular, tomando nota de muchisimos temas. En 1907, escribió la que puede considerarse su primera obra «Cánticos Sertanejos» y se matriculó en la clase de armonía del Instituto Nacional. Continuó sus viajes en busca de la inspiración folklórica, y estudió el tratado de composición de Vicent D’Indy, donde es posible que se mencionara el uso del saxofón en la orquesta, ya que éste autor utilizó el saxofón en la orquestación de Ferval en 1897, aparte de su Choral Varié, ya posterior y la Leyenda de San Cristophe.
VILLALOBOS COMO DIRECTOR
En este periodo conoció a Darius Milhaud, y a Arthur Rubinstein que se encontraban en Brasil, amistades que le influenciaron sin duda, el primero en cuanto a darle a conocer las tendencias musicales de la época en Francia, y el segundo en cuanto a la enorme difusión de su obra, de la que era un admirador.
En 1923 efectuó su primer viaje a París, donde conoció a los grandes compositores de la época y su música fue estrenada por grandes intérpretes como, Rubinstein, Vera Janocopulos, etc., en su segundo a París ya un maestro consagrado, su música era admirada por el público.
Una vez de vuelta a Río, se dedicó a realizar una gran labor pedagógica, organizando la música en su país, y efectuó numerosos viajes a Estados Unidos (donde estrenó gran parte de su obra), y a Buenos Aires,
Villa-Lobos murió en 1959.